La pasada noche del 12 de agosto, probablemente una de las noches más mágicas de verano, asistimos a un lugar de ensueño con uno de los cielos nocturnos más limpios de Europa. Muy cerca de Inazares, pueblo que reside en las faldas del macizo de Revolcadores, dicho sea de paso donde se alberga el techo de Murcia, se encuentra el Moralejo.
Cumpliendo con una de las mejores tradiciones, a veces hasta casi la excusa de reunirnos más, cenamos juntos en comunidad compartiendo risas, vivencias y técnicas que podríamos practicar más tarde.
Tan pronto se cerró la noche nos damos cuenta, sobre todo las personas que estábamos allí por primera vez, del auténtico espectáculo que estábamos a punto de vivir. Conforme se pierde la luz del día y llega la oscuridad, punto tras punto aparecen en escena estrella a estrella. Poco después se deja intuir la tremenda magnitud de la vía láctea, parece increíble poder verlo con los propios ojos. Gracias a David y Ricardo además de algún que otro compañero, nos iniciamos en la fotografía nocturna con algunos consejos prácticos donde cada persona pudo aprender con su propia cámara.
Tras un rato empezaron a volar las Perseidas mirásemos donde mirásemos, sin saber por donde, sin parar. Otra actividad a la colección de vivencias que desde AFONARMU tenemos el esfuerzo de compartir para ser cada vez una comunidad más grande de personas que quieren aprender, enseñar, compartir y disfrutar de lo que más nos gusta: la naturaleza y la fotografía.
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