El 19 de noviembre repetimos una de las actividades más demandadas, fáciles, llevaderas y para toda la familia que llevamos haciendo por distintas fuentes desde hace años. Con nuestro querido Gabriel como guía de naturaleza, lo primero fue una charla introductoria en la sala de proyección. Pudimos ver un poco a que se dedica AFONARMU de la mano del apoyo de Gabriel, como ejemplos de fotografía y juegos donde concienciar, no solo a los niños, sino también a los adultos.
La máxima es reconocida con facilidad, educarnos para poder cuidar el medio ambiente. Con algo de impaciencia por las ganas de ver que nos esperaba en los hogares de la fauna que vive en el centro, tan pronto salimos empezamos por las tortugas y sus diferencias, no solo a escala de vida en estado salvaje, sino también la comparativa entre las que fueron domésticas y las que no. Mucho que aprender de todo esto.
Las tortugas moras nos dieron paso a los jabalíes y un poco de su vida social en directo. Si hay algo que nos parece necesario son las dinámicas lúdicas para memorizar datos. Por ejemplo: ¿Qué hay dentro de una caja opaca donde quien mete la mano solo puede explicar el tacto y no lo que cree que es? ¿Qué te parecen estas divertidas pruebas?
De ahí fuimos a ver a la imponente cabra montesa correr por unos riscos y socializar con los visitantes en la distancia de los barrotes. Pudimos ver, observar y conocer también cigüeñas, morito común, rapaces nocturnas, rapaces diurnas, variedad de estas últimas.
Parte importante:
NO ES NORMAL NI FAVORABLE QUE LA FAUNA SILVESTRE SE HABITÚE A TRATAR CON LOS SERES HUMANOS.
No sé si conoces este templo de la educación ambiental, ¿vienes a la próxima?
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